Carolina Mosquera, madre del pequeño y profesional de la Salud del Cesfam Norte, relató los desafíos y derribó algunos mitos respecto a esta condición.

Transcurría el año 2020 y en medio de un escenario de incertidumbre mundial, a raíz del Covid-19, nació Diego. Su llegada fue esperada y el diagnóstico fue sorpresivo ya que sus padres se enteraron que tenía Síndrome de Down justo en el parto.
“Uno siempre espera un hijo sano, pero la noticia llegó de forma inesperada, sin tener ninguna relación previa con personas que tuvieran esta condición”, relató Carolina Mosquera, psicóloga del Cesfam Norte y madre de Diego.
Al conocer la noticia, el primer impacto fue de miedo más que de tristeza porque la información respecto a esta condición todavía está muy desactualizada.
Sin embargo, ella decidió no enfrentar este escenario en solitario e inició terapias para lidiar tanto con el duelo como con la incertidumbre.
A pesar de los desafíos, la madre de Diego describe su experiencia como una oportunidad para redescubrir el amor y la esperanza a través de los pequeños logros de su hijo.
Con el pasar de los años, se percató que -además de cuidar a Diego- ella también necesita cuidar de sí misma para poder brindarle el apoyo que su hijo necesita.
“El proceso no ha sido fácil, pero ha sido enriquecedor, especialmente porque Diego ha demostrado ser un niño lleno de energía y curiosidad”, detalló Carolina.
Con el tiempo, Mosquera también ha aprendido a empatizar con otras madres con niños con una condición similar, ayudando a derribar mitos sobre el Síndrome de Down, como el de que estas personas no pueden lograr cosas en la vida.
“Hoy vemos que hay chicos destacados en deportes, en la universidad y son parte activa de la sociedad”, sostuvo con orgullo.
Para Carolina y su familia, uno de los mayores retos a los que se han enfrentado es la falta de educación y sensibilización sobre el Síndrome de Down, tanto en el ámbito social como materia de políticas públicas.
Además, aseguró que es fundamental desmitificar la idea de que las personas con Síndrome de Down son “angelitos”. “Son niños como cualquier otro, con sus travesuras y su carácter”, explicó al respecto.
Por lo mismo, exhortó a la comunidad a tratar a las personas con Síndrome de Down como individuos únicos, respetando su desarrollo y sus características.
De igual forma, relató que para las familias que atraviesan por situaciones similares, las redes de apoyo son esenciales. Fundación Down Up en Santiago, por ejemplo, ha sido un pilar importante para la familia de Diego, brindándoles apoyo en momentos de crisis.
“Es importante tener estas redes, tanto a nivel local como en grupos de WhatsApp, donde se comparte experiencia y apoyo entre madres y padres”, concluyó Mosquera.
Finalmente, destacó que la educación, sensibilización e inclusión son temas esenciales para un futuro donde las personas con Síndrome de Down sean plenamente aceptadas en la sociedad….
Fuente: www.latribuna.cl (María José Villagrán Barra)