La psicopedagoga defiende la inclusión real desde el aula, el deporte y la pasarela.

Emma Torres, pedagoga terapéutica, psicopedagoga y madre de una niña con síndrome de Down, es también la creadora (junto con Enrique Villena) del Ibiza Inclusion Fashion Day, la primera pasarela 100 % inclusiva del mundo. Desde San Antonio (Ibiza), esta activista de la diversidad impulsa un modelo de inclusión que va más allá de lo simbólico: una inclusión real, efectiva y compartida, donde todas las personas tienen cabida. En esta entrevista, Emma comparte la historia de su hija Aira, campeona de España de gimnasia rítmica adaptada, y reflexiona sobre lo que significa criar y educar desde la diferencia. “La discapacidad no es el fin de nada, es el comienzo de otra mirada”, dice.
Emma Torres no tiene duda: lo más importante en su vida es ser madre de Aira. Con 47 años y una larga trayectoria en la educación pública de Baleares, lleva más de 15 años defendiendo la inclusión desde dentro de los centros educativos. Sin embargo, fue la llegada de Aira la que cambió todo. “Hasta ese momento defendía la inclusión como profesional”, explica. Pero cuando nació su hija, todo se volvió personal. “Me di cuenta de que la sociedad necesita entender de verdad qué es la inclusión”, reflexiona. Aira, que nació con síndrome de Down y una cardiopatía congénita, fue operada del corazón a los dos años y medio. Solo entonces comenzó a avanzar con paso firme, hasta caminar por primera vez a los 3 años y 3 meses. Hoy, con casi 9 años, Aira entrena cuatro días a la semana, compite en campeonatos y se ha convertido en un ejemplo de superación para muchas familias.
Su incorporación al mundo de la gimnasia no fue fácil. Emma recuerda que en el primer club al que la llevó, la presidenta se negó a aceptarla por tener discapacidad. Nunca se lo dijo directamente, pero acabó sabiendo que no querían “una discapacitada en el club”. Fue una entrenadora, Natalia Herrero, quien confió en Aira sin haberla visto. “Apostó por ella desde el primer momento”, cuenta Emma. Hoy, Natalia es su entrenadora y ha fundado el único club de gimnasia oficialmente inclusivo de Baleares, donde niñas con y sin discapacidad entrenan juntas, sin segregaciones.

La inclusión es como una macedonia: juntos y revueltos sabe mucho mejor
La niña, dice su madre, es muy tenaz y autoexigente. Le apasiona la gimnasia hasta el punto de seguir entrenando en casa después de las sesiones. Emma recuerda cómo aprendió a hacer la rueda: al principio no levantaba ni un centímetro los pies del suelo. Hoy, la hace hasta con una sola mano. Su logro más reciente: ganar el Campeonato de España en categoría sub-14. “Lo importante no es solo ganar”, aclara su madre, “sino cómo ha logrado integrarse en un grupo, socializar y ser una más”.
Para Emma, la verdadera inclusión no es poner a niños con discapacidad a hacer actividades por separado, sino mezclar, convivir, aprender juntos. “La inclusión es como una macedonia: mucho más rica y nutritiva cuando las frutas están mezcladas”, resume. Rechaza el paternalismo y reivindica el derecho a participar en igualdad. “Incluir no es un favor, es un deber social”, afirma con firmeza.
En el ámbito educativo, Emma también celebra la buena acogida de Aira. Desde que tenía 15 meses, asiste a centros escolares ordinarios. Actualmente, cursa tercero de Primaria en un colegio público, donde es la única niña con necesidades especiales en su clase. “Sus compañeros la adoran, la ayudan y la tratan como una más”, dice. Para ella, esa es la base de una sociedad más empática y justa: educar desde la convivencia con la diversidad.
Inspirada por esta vivencia personal, Emma impulsó en 2020 la Ibiza Inclusion Fashion Day, una pasarela que busca visibilizar la diversidad corporal, funcional, sexual y estética. Nació como una iniciativa benéfica y ha crecido hasta convertirse en una cita anual consolidada, cuya quinta edición se celebrará el próximo 5 de julio en el Hotel TRS Ibiza. En ella desfilan modelos profesionales junto a otras personas con discapacidad, talla curvy, identidades LGTBI+ o condiciones discriminadas. “La moda suele excluir, pero nuestra pasarela demuestra que la inclusión también es belleza”, señala.
Tanto Emma como Aira son protagonistas del documental Protagonistes, dirigido por Luis Calero, donde narran su historia con naturalidad y optimismo. El mensaje que quieren transmitir es claro: la discapacidad no es un final, sino otro comienzo. “Tener un hijo con diversidad funcional no es llegar a París, sino aterrizar en Roma”, dice Emma, recordando la conocida metáfora. “No era lo que esperabas, pero Roma también es maravillosa. Roma es Aira, y yo no la cambiaría por nada”.

Eso sí, advierte: la inclusión necesita recursos reales. Emma asume un gasto de unos 400 euros al mes solo en logopedia, a lo que se suman visitas médicas, revisiones y materiales. Pide mayor inversión pública, pero también una transformación cultural. “Hay que cambiar la mirada”, insiste. “Los adultos ya venimos condicionados, pero si educamos bien a los niños, la sociedad del futuro puede ser distinta”.
El día a día de Aira es intenso: colegio por la mañana, logopeda y entrenamientos por la tarde, teatro los jueves. “Tiene una agenda más llena que muchos adultos”, dice su madre entre risas. Pero lo importante es que todo eso la hace feliz. “Todos los niños necesitan atención, pero los que tienen discapacidad necesitan aún más implicación familiar”, reconoce….
Fuente: www.20minutos.es (Alberto Bartolomé)