Rafael Calderón es una persona más, a pesar que nos empeñemos en resaltar que es una persona con síndrome de Down. Pero para el eso es un apodo o una etiqueta.
Una escuela que certifica su fracaso escolar.
Rafael y junto a su familia se enfrentaron a esa escuela excluyente, y resistieron sus veredictos. Pensaron que los tests y las calificaciones no son neutrales ni incuestionables.
Y con respecto a la Educación Secundaria Obligatoria tuvieron que soportar comentarios como que una persona con Síndrome de Down ya no podía aprender más, pero ellos no se conformaron.
Pero para lograr ser uno más, tuvo que ser el primero. Rafael finalizó la ESO, el Bachillerato y los diez cursos de los Grados Elemental y Profesional de Música. Obtuvo por ello la Medalla de Oro al Mérito en la Educación en Andalucía, la Mención a las Artes de la Fundación Universia y el Premio del Día Mundial Síndrome de Down. Sin embargo, todo eso no es destacable para él. Lo importante es que pudo crear un sueño y dedicarse en cuerpo y alma a construirlo….
Fuente: www.guiadisc.com