Reabre la única cafetería inclusiva de Vigo tras cerrar por falta de ayudas: gracias a “un ángel de la guarda”

El local llevaba tres años funcionando gracias al empeño de dos madres que buscaban la integración laboral de sus hijos. 

Una de las trabajadoras de Diversum en su nueva etapa. CEDIDA

La única cafetería que funcionaba en Vigo atendida por personas con Síndrome de Down tuvo que cerrar sus puertas el pasado mes de junio, después de llevar más de tres años funcionando, por problemas con las subvenciones. Ahora, algo más de tres meses después, la máquina de café y la plancha del Diversum, ubicado en pleno centro de la ciudad, vuelven a estar en marcha. Y de su cocina vuelven a salir desayunos y meriendas con un toque casero pero que también con mucho sabor a integración y a esperanza.

La nueva oportunidad para esta decena de jóvenes trabajadores les ha llegado de la mano de un empresario vigués. Un “ángel de la guarda” como lo define la “familia Diversum” que ha llegado para echar una mano en el proyecto e intentar reavivarlo.

 

Dos madres fueron las promotoras del proyecto inicial

Tras tres años funcionando, gracias al empeño de dos madres viguesas, María José Giganto y Rita Blanco, que buscaban una oportunidad laboral para sus hijos con Síndrome de Down, Diversum bajó su persiana “con mucha pena” el pasado mes de junio. Las cuentas no daban, las subvenciones no llegaban y las responsables del negocio, donde trabajaban nueve personas, se enfrentaban a dificultades administrativas por la propia identidad del negocio. “Nosotros no buscábamos ser rentables, como negocio, simplemente mantenernos, y eso pudimos hacerlo durante todo este tiempo” contaba María José, al cerrar el negocio. Pero ellas no se rindieron y durante estos meses intentaron encontrar a quien pudiera tomar el relevo.

Y entonces llegaron dos hermanos empresarios, con ganas de echar una mano. Prefieren no dar sus nombres públicamente “porque los importantes aquí son los trabajadores y el proyecto”, cuenta el nuevo responsable de la cafetería. Y tampoco le gusta demasiado esa definición de “ángel de la guarda” porque dice que “lo más importante ya estaba hecho”, alabando todo el trabajo desarrollado estos años por María José y Rita a cargo del proyecto de negocio inclusivo.

Este empresario decidió inyectar financiación al negocio y ahora trabaja para darle un nuevo perfil: “La idea que tenemos es que se pueda convertir en una fundación”, cuenta este empresario, “para mejorar la parte de la financiación y para poder darle más recorrido, y que por Diversum puedan pasar más personas con discapacidad en la última etapa de su formación que este sea un rodaje para su salida al mercado laboral”, detalla. “El objetivo es que siga creciendo más allá de la plantilla actual y que pueda ser un trampolín para más personas para poder entrar en el mercado”, cuenta.

 

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Fuente: www.telecinco.es (Patricia Martínez)

 


 


 

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