La finalidad de la educación en los niños Down es la misma que la educación general, o sea, el ofrecerles el máximo de oportunidades y de asistencia para el desarrollo de sus facultades cognoscitivas y sociales específicas hasta el grado más alto que sea posible. De lo anterior se infiere que educación y formación son los fenómenos básicos que deben tomarse en cuenta en todo niño Down y en los que se asientan la posibilidad, necesidad y derecho de un mínimo respeto como persona. Negar este derecho al niño con síndrome de Down, equivale a una eutanasia silenciosa. Este derecho es el fundamento de una dedicación llena de amor, que le corresponde por ser persona y no por ser un individuo con síndrome de Down.
La tarea educativa exige una gran seriedad o responsabilidad y brinda o es una fuente de desarrollos positivos para todas las personas que se ocupan de la educación de los niños Down.
Siempre deberá evitarse el error de asediar al niño en la realización de sus actividades, ya que no por un exceso de educación adelanta más, pudiendo llegarse a dar un efecto contrario.
Los primeros años de la vida tanto del niño Down como el no Down, son de un desarrollo acelerado. Las estructuras físicas y psicológicas de su persona están en un periodo de máxima flexibilidad y moldeado y también en el de mayor receptividad a estímulos educativos y, como consecuencia, en las mejores posibilidades de aprendizaje.
El momento para iniciar la estimulación precoz debe ser tan pronto como sea posible, generalmente después de que los padres han pasado por la etapa de adaptación y aceptación de su hijo. De tal forma que si es inmediata, la estimulación puede empezarse desde los 10 a 15 días posteriores al nacimiento. El programa sin dejar de ser amplio debe enfocarse al desarrollo motor grueso y al motor fino, al lenguaje y a la comunicación, la sociabilidad y la convivencia, el nivel cognoscitivo y al cultivo de la afectividad.
Texto extraido del libro “El niño Down-Mitos y realidades” y publicado con la autorización de su autor el Dr. D. Luis Jasso.