Lleva poco más de un año y medio trabajando en el punto de acceso de la compañía Esco Expansión.
l hastío que produce trabajar suele ocupar buena parte de la jornada laboral —y del domingo— de cualquier empleado. Sin embargo, los hay que encuentran en el empleo no solo un sustento económico, sino una realización. Samuel Martínez, de 30 años, tiene claro que está en ese segundo grupo. «A mí me gusta trabajar, me lo paso muy bien», cuenta a La Voz.
Lleva más de un año y medio desempeñando varias funciones en Esco Expansión, en Marineda City. Antes, había trabajado en las oficinas de Down Coruña y en la sede de Abanca, cerca del Obelisco. En total, ya suma cuatro años de experiencia laboral y «con contrato indefinido», aclara el propio Samuel.
Se le ve feliz y predispuesto. Algo que confirma Juan Pita Romero, director regional de la compañía: «Es un amor de persona, siempre está sonriendo y pidiendo trabajo». Una sensación que también se ha notado en casa. José Ramón Martínez, el padre, relata que desde que trabaja se ha convertido en una persona más independiente y responsable. «Se levanta y se viste solo, también se prepara el desayuno y va al trabajo en bus y eso que tiene que coger dos», dice. «Primero el 14 y luego el 11», vuelve a aclarar Samuel.
Sus funciones en Esco Expansión consisten en realizar un control de acceso, distribuir paquetería entre los más de 200 empleados que tiene la compañía en su sede de A Coruña, escanear documentos y acercarse a por algún café….
Fuente: www.lavozdegalicia.es (Yago Gantes)