“Es inmensa su capacidad de aprender, sólo precisan tiempo”.
Gabriel tiene 33 años y es canario. Por las mañanas, trabaja como frutero en un supermercado. Por las tardes, se prepara como instructor de surf. Es uno de los alumnos del programa puesto en marcha por Trisomía21 y Fundación DISA, cuyo objetivo es traducir el amor por el mar y las olas de los chicos con síndrome de Down de Las Palmas de Gran Canaria en un futuro laboral apasionante. Todos los viernes, en la playa de Las Canteras, estos futuros instructores, como Gabi -así le conocen todos-, dan clase de surf para, en un futuro, ser ellos quienes enseñen a otros alumnos.
“La formación se queda en lo teórico y en lo práctico, pero ellos nos enseñan a los monitores algo mucho más necesario: la importancia del aquí y el ahora”, cuenta el segundo Gabriel del reportaje. Él, Gabriel Santana, ha comenzado este año a trabajar como monitor de la formación, aunque tiene una dilatada experiencia en la docencia inclusiva. “Aparte de ser licenciado en Educación Física, soy especialista acreditado. Vengo ya de haber trabajado en otros muchos proyectos con este tipo de población, que tiene otras necesidades educativas deportivas. Cada día disfruto más con este trabajo. El que termina aprendiendo soy yo”, confiesa el monitor de Gabi.
“Es inmensa la capacidad que tienen para adquirir habilidades. Sólo necesitan tiempo. Si a eso le sumas que son personas muy empáticas y cariñosas, sale la oportunidad de tener grandes instructores de surf”, puntualiza Gabriel Santana, monitor de Gabi. “Además, hemos constatado que los cursos de surf a los que se incorporan como instructores van mucho más fluidos y coordinados que en los que no están presentes”.
Para ellos, es una oportunidad completa. Aprenden, se forman y socializan entre iguales
La formación de los viernes se ha convertido en un segundo hogar para alumnos y monitores. “Salen reforzados anímicamente. Para ellos, es una oportunidad completa. Aprenden, se forman y socializan entre iguales. Estas actividades dan sentido a su vida, además de facilitarles un horizonte laboral“, asegura el monitor de Gabi. Un instructor “bueno, responsable y simpático”, según su alumno.
“Quiero que conozcan todo lo que les puedo enseñar. Además, pueden entretenerse”, confiesa Gabi de cara a su futuro como monitor. Mientras tanto, no deja de dar lecciones a Gabriel. “Nosotros, como monitores, somos lo que, en teoría, enseñamos. Pero somos los que más aprendemos de todo este programa. Es una lección de vida diaria. El aquí y ahora, el disfrutar del momento, el ver siempre el lado bueno de las cosas. Todo eso se nos olvida cuando estamos metidos en la rutina, pero son los alumnos como Gabi quienes nos lo recuerdan”.
Fuente: www.20minutos.es (Alberto Palacios)